Visualiza detenidamente y con los ojos cerrados un Lago Sereno.
Ya lo estás viendo? Desde dónde lo estás visualizando? ¿Dónde estás colocado? Puede ser que estés en la orilla sobre la carretera, o sentado en una enorme piedra, debajo de un árbol o desde una ventana o terraza en un hermoso atardecer.
Al igual que una joya transparente, refleja una pureza inmaculada.
Se necesita silencio, mucho silencio, para llegar al fondo de uno mismo, a lo más profundo del corazón.
Sólo quien haya llegado al fondo de su lago (el que has visualizado), sólo quien se haya bañado en el silencio, podrá ver y valorar el tesoro que existe en el fondo de nuestro lago.
Hay que inspirar y espirar lentamente, y hacer una pausa, manteniendo la retención todo el tiempo que resulte cómodo.
La maestría en la contemplación conlleva el poder de expandirse desde la partícula más diminuta a la más grande.
La práctica diaria proporciona un estado de conciencia que es como un lago en calma.
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