Escrito por: Valeria Bejarano
¡Vuelve las veces que sea necesario!
Tenemos que volver al inicio. Al comienzo.
Vuelve a sentir el frío del agua, la libertad del viento, el calor del fuego, el soporte de la tierra.
Ese es llamado de la selva. Empieza por el río. Suena tan fuerte que te muestra dónde inicia la vida. Nos invita a caminar sobre piedras, cómo me ha costado llegar a él. Adaptar mis pies, que no duela, aprender a caminar, olvidar las antiguas superficies y aceptar la nueva incomodidad. No sé si es el reto, aprender a llegar a la magia para descansar en ella, qué gran regalo poder ser agua, entrar en vacío para intentar adaptarme a su forma de respirar. Deja que el agua te enseñe, déjate fundir con su frío y que repare tu alma.
¿Y el fuego?, lo contemplo detenidamente en cada círculo de personas, tratando de entenderlo, quizás intentando retener alguna de sus formas, pero nunca lo consigo, igual y ahí está su poder, en el cambio. Quisiera entrar en él, que me transformara. Pero su inmensidad me alcanza, su espíritu y solo tenerlo presente hace la diferencia.
No sé escribir del viento, ni siquiera siento que pueda atraparlo en palabras, es inexplicable, solo se puede sentir muy presente, cerrar los ojos y dejar que te muestre el camino. Es la voz que te guía y al mismo tiempo te mantiene viva. Nos mantiene vivos a todos, nos sostiene, como la selva, los pájaros, como los seres humanos y las montañas. Es la mejor enseñanza de mantener la mente presente.
Alma, espíritu, mente…
Entonces solo queda cuerpo, solo queda tierra, comunidad, sostén. Solo queda formas de la vida. Colores, diferencias infinitas. Grandeza. ¿Dónde guardo el montón de colores que he visto estos días? ¿Cómo llamarlos cuando seguramente no tienen registro? Ni siquiera quiero que lo tengan, quiero que vivan en mi recuerdo y para ser precisa en una que otra foto que le envío a mi abuela, pues las flores me recuerdan a ella. El olor a tierra. Hoy me siento en comunidad, la tierra me sostiene y me enraíza. Los árboles me hipnotizan y sus hojas me inspiran, millones de formas que me gustaría atrapar en arte, es la mayor fuente de inspiración.
Vanadurga es un encuentro con tu ser elemental, con la visión más cercana y sabia que tienes del mundo. Todos los días aprendo a ver el mundo con ojos de niña elemental.
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